Hausmann: “Hay mucha frustración, pero no es obvio que sus causas tengan que ver con temas constitucionales”

Sin calificarla como buena o mala, el director del Centro para el Desarrollo Internacional de la Escuela de Gobierno Kennedy de la Universidad de Harvard, Ricardo Hausmann, afirma que “Chile siempre tuvo una Constitución un poco especial respecto al resto del continente”.

Desde su casa en Boston, el economista venezolano -que participó ayer del Encuentro Anual de Ejecutivos de Sigdo Koppers- comenta que “hay mucha frustración en Chile, pero no es obvio que sus causas tienen mucho que ver con temas constitucionales. No sé cuántos de los problemas reales de Chile tienen solución constitucional”.

Frente a esto, indica en una videollamada que “si bien en Chile hubo protestas viniendo de cierto lado de la sociedad, hay que pensar que las protestas pueden organizarse desde otros lados cuando no están contentos con el nuevo esquema”, y plantea que “la gente tiene que ser razonable en términos de qué es a lo que aspiran de este cambio”.

A menos de diez días del plebiscito, Hausmann advierte que este “no es un proceso sin riesgos”. Dice que en Brasil la nueva Carta Magna llevó a la hiperinflación, y afirma que “la reforma constitucional destruyó a Venezuela”.

- Hay quienes en Chile apuntan a Venezuela, ¿es comparable?

- En Venezuela pensábamos que con 40 años de democracia éramos una democracia madura cuando el resto de América Latina era una dictadura. Ustedes tienen recién 30 años de democracia, entonces no los veo necesariamente más protegidos y seguros de lo que nosotros estábamos en su momento.

- Si gana el “Apruebo”, ¿cambiará radicalmente el modelo económico?

- Puede emerger una Constitución mejor, más al día, más acorde con estos 30 años de tradición democrática y no las peculiaridades de la Constitución de 1980. Hay mucho apoyo en Chile para moverse en esta dirección, espero que lo puedan hacer con sabiduría.

- ¿Qué sería bueno mantener en lo económico?

- No creo que el grueso de los temas económicos se resuelvan por la vía constitucional, tiene que ser del ámbito de las leyes. Hay una tradición preocupante en América Latina de usar la Constitución no como la definición de las reglas del juego, sino como la forma de sacar del juego ciertas normas. Ustedes ya empezaron con la idea de que cuando hay un problema político cambiamos la Constitución, y es peligroso. Espero que pongan mecanismos más o menos flexibles para que se pueda enmendar y no tenga que caer en una reescritura completa.

- ¿Cuánto va a pesar el proceso constituyente en la recuperación?

- Va a ser una fuente de incertidumbre, pero no sé si la más importante. Desde el punto de vista macroeconómico, la primera fuente de incertidumbre, la más importante, es cuándo van a poder vacunar a la gran mayoría de los chilenos. Mientras eso no pase, la economía va a estar en un abrir y cerrar, siempre con el ojo puesto en los contagios y en las muertes. Obviamente, muchas cosas se van a paralizar esperando qué tipo de Constitución sale de este ejercicio. En ese período, que demorará dos años, es razonable pensar que van a pagar un costo en términos de generar un cierto comportamiento de cautela por parte de muchos actores.

- ¿Por parte de inversionistas?

- Inversionistas, pero también emprendedores que no saben exactamente a qué atenerse, cómo hacer las cosas. La incertidumbre hace que la gente tenga razones para posponer decisiones.

- ¿Hay que mirar con atención otros temas?

- Cuando un alto porcentaje de la población esté vacunada, puede haber un rebote importante, especialmente si el Gobierno se las ingenia para apoyar a la economía en ese rebote. Pero en ese momento, eliminado el temor epidemiológico, no sé dónde nos va a agarrar al proceso constituyente. Algún costo pagará Chile porque esa recuperación pospandemia se dé con ciertas dudas existenciales en el plano constitucional.

- ¿Los apoyos fiscales deben intensificarse cuando llegue el rebote?

- Desde aquí a la vacuna estamos en plan de supervivencia, no de reactivación. Y con la vacuna deberíamos ir duro a la reactivación.

- ¿Se le puede llamar recuperación a lo que está pasando ahora en Chile?

- Hay sencillamente mucha volatilidad. Los países están empezando a entender que tuvieron un primer peak y ahora están teniendo un segundo, eso en seis meses. No hay que entusiasmarse demasiado con las recuperaciones de muy corto plazo, la dinámica va a estar dominada por la pandemia y la probabilidad de nuevos cierres es elevada.

- ¿El crecimiento a largo plazo se va a ver afectado?

- Va a tener impacto, yo creo que ya lo ha tenido. La pregunta es si a largo plazo el impacto va a ser positivo.

Me puedo imaginar un escenario donde lo es, en el cual el cambio constitucional lleva a un cambio en el juego político, más revitalizado, más competencia de ideas, más constructivo, y que pueda llevar a ciertos cambios que a la larga pongan el país en un mejor sendero. Pero igualmente me puedo imaginar errores y problemas en el proceso que dejen al país con una Constitución que deteriore el potencial de crecimiento. Te puedo garantizar de que es posible destruir a un país con una Constitución equivocada. No sé si es posible crear una maravilla de país solamente con cambios constitucionales.